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Un alma rosa y un gran corazón.

Foto del escritor: Carmen benavidesCarmen benavides

Cuento.


Se cuenta que hace muchos, pero muchos años atrás, se encontraba Dios caminando por un hermoso jardín, rodeado de tiernos ángeles que le acompañaban muy felices pues la paz y el amor de nuestro Señor inundaba todo ese lugar.

Pero hubo un momento en que todos se quedaron quietos cuando vieron en el rostro del Señor una expresión de tristeza, realmente era extraño ver al Creador en una condición así, sin embargo, uno de ellos se acercó y con gran desconcierto preguntó si algo estaba sucediendo, el Señor suspiro y respondió que cuando él creó a la humanidad había pensado en un mundo de amor, de hermandad, paz y esperanza pero nunca en una sociedad que se autodestruyera por el odio, la ambición, el egoísmo, la guerra y la desesperanza, y mientras que el Señor hablaba, el angelito pudo notar tanta desilusión en aquel rostro lleno de bondad y amor, que no pudo evitar ponerse también muy triste, en ese momento se instaló en gran silencio, sin embargo y para sorpresa de todos, el Creador empezó a caminar más rápido y todos asombrados corrían detrás de él, se preguntaban qué estaría pensando por la mente de Dios, no alcanzaban a comprender el abrupto cambio de actitud en su hermoso Señor.

Cuando menos se dieron cuenta ya estaban recibiendo órdenes muy precisas, y se escuchaba:

- A ver tú, trae el recipiente que contiene el amor incondicional, y tú trae la probeta que contiene los sueños, las ilusiones y la esperanza; y tú ¿qué ves angelito lento?, anda,corre y trae el frasco que contiene los valores del respeto, la tolerancia, la paciencia, la armonía, la admiración, etc, etc, ya sabes a cual me refiero. ¿Y tú que haces ahí parado? Le decía a un angelito que tenía mucho sueño, anda ve por el recipiente que contiene la sustancia dulce, y de una vez trae el frasco en el que guarde las chispas de chocolate, la esencia a palomitas recién tronadas y también donde guarde el sabor a tamalito de chile verde.

El más pequeño de los angelitos que estaba observando todo, sólo miraba para todos lados, viendo como unos angelitos corrían para allá, otros para acá pero nadie, absolutamente nadie estaba sin hacer nada, salvo él, que no daba crédito a tanto movimiento sin entender que estaba pasando realmente. De repente sintió un fuerte tirón, era el Señor que lo cargaba en sus brazos y caminaba apresuradamente hacia un hermoso lugar donde el Señor se encerraba cada vez que pensaba en hacer algo muy bello para la humanidad.

A toda prisa, lo sentó cerca de una mesa y le dijo:

- ¡¡Observa pequeño, se me ha ocurrido una grandiosa idea!!

El angelito, no preguntaba, sólo podía ver un brillo especial en la mirada del Creador, se veía feliz, juntaba muchas sustancias de hermosos colores y con sabores y aromas increíbles, hizo un espacio en una mesa muy hermosa pues esta representaba el firmamento y cada una de sus estrellas brillaba de una forma única e increíble.

El Señor comenzó a mezclar con mucho amor y paciencia todos aquellos elementos que los angelitos habían conseguido para él, y con el paso de las horas, toda esa combinación fue tomando forma. Todos los angelitos estaban alrededor y se preguntaban porqué su Señor estaba tan emocionado trabajando sobre obra especial. De repente, uno de los angelitos que no aguanto más la duda, hizo la primera pregunta:

- ¿En qué trabajas Señor?

- Estoy haciendo un angelito, pero será un poco diferente a cada uno de ustedes, sin embargo, poseerá la bondad, generosidad y belleza que caracteriza a cada uno de mis amados Ángeles.

- Pero Señor, ¿Qué lo hará diferente a nosotros?

- “Su alma”

- ¿Su alma? ¿Qué tendrá de diferente al resto de las almas?

- Será ROSA, su color será incomparable, nunca nadie más tendrá un alma así.

- Señor, que hermosa idea, ¿pero?...

- A ver angelito inquisidor, lanza la siguiente pregunta.

- Es que veo que no sólo es diferente su alma sino también su cuerpo, su esencia, ¿Por qué Señor?

- Jajajajajajajajaja sabía que serías el primero es cuestionar la forma de mi obra…

Por un momento todos los angelitos guardaron silencio, pensaron que esa risa celestial guardaba un poco de enojo por semejante pregunta, lo que no imaginaron es que el Creador estaba feliz y siguió trabajando, mientras que los angelitos se preguntaban unos a otros:

- ¿Qué hace?

- ¿Por qué el nuevo angelito tiene tantito pelito?

- ¿Tú alcanzas a ver la obra del Señor?

Entre tanta duda y preguntas, el Señor volteó feliz hacia ellos y les preguntó:

- Angelitos curiosos, ¿están preparados para ver mi máxima obra?

Todos los angelitos, entre asombrados y alegres respondían al unísono: “Si Señor, estamos preparados para ver tu magnífica obra”

- Muy bien, pues aquí esta….

Cuando les mostro la maravillosa creación, todos los angelitos se deslumbraron, pues aquel Angelito irradiaba un brillo muy especial, y cuando por fin pudieron fijar la vista sobre esa belleza, alguien grito emocionado:

- Wooooooooow un hermoso O S I T O

Todos aplaudieron y el osito con sus hermosos ojitos miraba para todos lados mientras el Señor lo sostenía en sus brazos y lo abrazaba y besaba en esos bellísimos y esponjados cachetitos, el bebé osito, bostezaba y se regocijaba en los brazos de su Creador. Todos los presentes no daban crédito, pues lo que estaban viendo iba más allá de todo lo que ellos podían entender, sin embargo, uno de ellos, el más diplomático, salió de entre el resto y se acercó al Señor, y con mucho respeto le dijo:

- Señor, tú eres muy bondadoso y es por eso que me atrevo a pedirte algo muy especial.

- Dime angelito, ¿Qué quieres pedirme?

- Mi Señor, me atrevo a pedirte que me dejes tener por un momento entre mis brazos a tu hermosa creación.

El Creador sonrió complacido, le dio con mucho cuidado al hermoso bebé osito mientras que levantaba la voz para decir a los demás:

- Escuchen amados angelitos; todos ustedes son testigos de este proceso, puse todo mi amor, imaginación y magnificencia en este angelito osito, pero mi obra no está concluida, a este osito le falta un corazón que lo acompañe por muchas eternidades, ya cuenta con un alma rosa que lo hará único en el cosmos y le dará mucha fortaleza para enfrentar todas las dificultades, está alma le enseñará al osito lo hermoso de la vida y lo guiara siempre por el camino del bien, pero necesita un corazón que en cada palpitar le recuerde lo valioso que es, lo anime a seguir adelante y lo reconforte en sus momentos de tristeza o desaliento.

Y entre la multitud de angelitos, alguien preguntó:

- Señor, ¿Cuándo le pondrás el corazón?

- El corazón ya lo tiene, sólo es cuestión de sacarlo de él mismo.

Todos se miraban con asombro, no lograban entender lo que decía el creador. El Señor inmediatamente detecto que no comprendían su mensaje por lo que les dijo:

- Calma Angelitos, miren les explicaré. Cuando diseñé al osito y lo empecé a crear le puse un corazón, pero ese corazón rosa necesita estar fuera de él para que se complementen alma y corazón en el mundo terrenal.

- Señor, dijo uno de los angelitos, tu idea va más allá de nuestra inteligencia, ¿podrías explicarnos con manzanitas?

- El Señor respondió: es sencillo, el corazón al que me refiero no es un musculo que habita detrás del esternón, en realidad es una mujer, será una osita que lo acompañará eternidades, el plan que tengo para ellos es complicado pero lleno de esperanza para un mundo que se está descomponiendo por el materialismo, el egoísmo, la falta de comunicación, pero sobre todo por la ausencia de un amor genuino. En estos ositos tengo puesta mi fe, quiero que sean ellos los que demuestren que un amor verdadero y leal es posible en estos tiempos turbulentos donde los hombres se conducen por la conveniencia y el interés.

- Señor ¿Y cuándo completarás tu obra?

- Hoy mismo, respondió con una gran sonrisa, pero solo necesito que dejen de hacer tantas preguntas para poder continuar.

- Todos los angelitos comenzaron a reír, y poco a poco se fueron dispersando por los jardines del cielo, en tanto el Creador continuaba con su trabajo.

Pasaron las horas, que en realidad para los tiempos del hombre fueron muchos, pero muchos años, y cuando por fin el Señor concluyo su trabajo, mando llamar a todos los angelitos para que presenciaran su grandeza manifestada en un alma y un corazón que estaría unidos para siempre.

Todos llegaron ansiosos y mientras caminaban hacia la gran sala donde los esperaba Dios, se preguntaban unos a otros, cómo sería aquello que el Señor les quería mostrar, cuando llegaron todos quedaron asombrados pues ya no era sólo un osito, ahora también era una osita, para los ojos de todos los angelitos ahí presentes, eran muy hermosos. Lo que todos estaban viendo eran dos ositos bebés que jugaban y se abrazaban mientras Dios los veía muy complacidos. Por fin, eran un alma y un corazón en dos cuerpos diferentes, pero con mismo destino.

Cuando todos dejaron de hablar, el Señor les dijo:

- He concluido mi obra, les presento a un alma rosita y un corazón rosa.

- Todos aplaudían emocionados, sin embargo y como era costumbre, el más preguntón de los angelitos se acercó a Dios y le cuestiono:

- Señor, es hermosa tu obra, mira apenas y le entregaste su corazón al osito y ya se aman, no dejan de abrazarse y caminar juntos, pero me pregunto, ¿en qué momento los enviaras a la tierra? ¿Por qué dijiste que tenías un plan complicado para ellos?

- Responderé a tus preguntas angelito inquisidor; mira, mi plan consiste en que estos ositos habiten en este lugar por muchos años, ellos ya se conocen, pues son uno solo y se complementan, se cuidarán, se amarán plenamente por eternidades pero……

- Pero ¿Qué? Señor….

- Ellos no irán juntos a la tierra, respondió el Señor suspirando profundamente.

- ¿Cómo? Exclamo el angelito con gran sorpresa. Y continuo diciendo: Los hiciste para que se amen eternidades, aquí ellos se abrazan y se reconocen como uno solo, entonces ¿Por qué no pueden ir juntos a la tierra? O sea que ¿nunca se encontraran allá? Señor, ufffffffffff realmente no entiendo tu plan…

Tanto el Señor como todos los angelitos se quedaron en silencio por un momento, mientras veían como los ositos corrían felices por los jardines, se besaban y de vez en cuando la osita regañaba al osito, en tanto que éste la abrazaba muy fuerte, haciéndole sentir que sus brazos eran su hogar. En eso, uno de los angelitos interrumpió ese silencio de forma abrupta y dijo:

- Mi Señor, déjalos aquí, mira son felices y deben estar juntos; y Dios sólo sonrió amorosamente.

En tanto que otro angelito dijo en voz alta:

- Déjalos con nosotros, siempre tendrán amor y cuidados especiales, prometemos ser sus guardianes.

El Señor lo vio con mucha ternura y respondió:

- Sé que ustedes siempre estarían al pendiente, pero estos ositos tienen una misión en la tierra;

Otro angelito interrumpió escandalosamente…

- ¿Cuál es esa misión Señor?

El Señor con mucha calma respondió:

- “Encontrarse” esa es su misión.

- Pero ¿Cómo lo harán? ¿Les darás un cuerpo humano? Tú sabes que el mundo está habitado por miles de millones de personas, ¿no te parece una misión casi imposible? Preguntaba desesperadamente uno de los angelitos que por cierto casi nunca hablaba.

- Ese es el reto, respondió Dios; que a pesar de todos los obstáculos que tendrán en la vida ellos se encontrarán y se reconocerán inmediatamente por el color de su alma y de su corazón. Y cuando se encuentren ya no se soltarán nunca más.

- Señor, y ¿cuándo los enviarás a la tierra?

- Muy pronto, respondió el Señor, solo que primero ira la osita y muchos años después enviaré al osito.

Y no se hizo esperar la expresión de……

- ¿Queeeeeeeeeeeeeeee?

El Señor no pudo evitar soltar una gran carcajada, y de inmediato les dijo:

- Pero si para el chisme están buenos ¿verdad angelitos curiosos?

Todos los angelitos se sonrojaron y rieron discretamente.

- Está bien, dijo el Señor, los humanos argumentan que los designios de Dios son incomprensibles para ellos, pero para ustedes todo debe ser tan claro como el agua, les voy a pedir que se sienten y escuchen con atención.


Esos dos que ven corriendo en los jardines con cuerpos de ositos son angelitos al igual que cada uno de ustedes, y aunque son ositos también tienen alitas para proteger y cuidar a los humanos que les encomiendo.


Los ositos que se llaman Antonio y Carmen aquí tienen la misma edad, su alma y su corazón nacieron al mismo tiempo, sin embargo, ellos serán enviados a la tierra en cuerpos de personas, cada uno en épocas distintas, primero enviaré a la osita, que como ya les había dicho nacerá muchos años antes que el osito, pues como ella es el corazón tendrá que pasar pruebas muy duras para que se haga fuerte, pasará carencias económicas, pero tendrá una gran familia que siempre la apoyará en las distintas circunstancias, con el paso de los años sufrirá desilusiones amorosas muy fuertes pero muy en el fondo de su ser no perderá la esperanza de encontrar la luz rosa del alma que la acompañara en esa maravillosa experiencia llamada “vida” Tendrán que pasar varias décadas para que su ser se estremezca con la presencia de su verdadero amor.

Uno de los angelitos interrumpió:

- Señor, pero ¿Cómo sabrá que el osito es el alma que ella espera?

- Simplemente “lo sentirá” porque ellos ya se conocen, ya han estado juntos, ya se han amado y probablemente la osita, se sienta desconcertada los primeros días, pero no pasará mucho para saber que él es su alma y que ella es el corazón del osito.

Otro de los angelitos pregunto apresuradamente:

- Pero ¿Por qué enviarás al osito hasta muchos años después? ¿Por qué no enviarlos juntos? ¿No crees que existirán muchos factores para que esa relación no funcione?

El Creador con mucha paciencia respondió:

- Al osito le enviaré después porque en necesario que viva experiencias lejos de su país, de su familia, lejos de la osita.

El angelito se quedó con los ojos muy abiertos sin poder dar crédito a lo que escuchaba y cuestiono:

- O sea que además de las diferencias de edades, ¿no estarán juntos?

El Señor nuevamente suspiro muy hondo y le dijo:

- Y es muy probable que físicamente nunca logren estar juntos.

Todos los angelitos volteaban y se miraban unos a otros asombrados, algunos con lágrimas en los ojos, algunos otros volteaban hacia el jardín y con mucha tristeza veían como los ositos estaban sentados viendo hacia el horizonte, la osita apoyaba la cabeza en el hombro de su alma rosa, en definitiva, eran el uno para el otro.

Cuando uno de los angelitos volteó a ver al Señor, se dio cuenta que también este miraba a los ositos con mucha ternura, sin embargo, el Creador siguió explicando:

- Como pueden darse cuenta, ellos forman el alma perfecta con un gran corazón, y cuando estos dos se encuentren en el plano terrenal se abrazarán y se amaran tanto que ni el tiempo, la edad, ni la distancia acabaran con ese encuentro.


Por un momento pensaran que podrán estar juntos, pero el destino les hará una mala jugada y seguirán luchando, pero con el paso del tiempo cada uno tomará su camino, conocerán a nuevas personas, es casi seguro que el osito se enamore de otra mujer y la osita se vaya lejos a buscar paz interior.


Pero lo que es un hecho es que él siempre tendrá el corazón de ella y la osita siempre tendrá el alma de él. Los dos siempre serán uno, y nada ni nadie podrá borrar de sus mentes ese amor verdadero.

Había hasta el fondo, un angelito que derramaba lágrimas mientras el señor explicaba esto, no se podía contener y tampoco entendía por qué dos personas que se aman tanto no pueden estar juntos, en tanto que hay tantas personas que estando juntas pelean y se odian, se destruyen y no luchan por su amor. Con la voz entrecortada le dijo al Señor:

- Señor mío, tú eres bueno y muy sabio y entiendo que tu propósito es que los ositos se amen más allá de los convencionalismos sociales y que también les pondrás tantas pruebas que parece que es imposible que ellos logren estar juntos físicamente, sin embargo, creo que eres magnánimo y que a ti te gustaría verlos juntos algún día, entonces ¿por qué no darles la oportunidad de que algún día puedan reunirse y amarse plenamente hasta la muerte y más allá de esta?

El Creador volteo a ver a todos y con mucho amor respondió:

- Queridos angelitos, los únicos que tienen la respuesta a esa pregunta son los ositos. Yo les he dado la oportunidad de hacerlos el uno para el otro, pero solo ellos decidirán hasta que momento podrán estar juntitos.

Y bueno, es momento de ir por la osita, a partir de hoy estará en los brazos de su madre y comenzará esta nueva aventura.


Todos miraron a los ositos y se llenaron de alegría cuando vieron que los ositos se abrazaban con mucho amor y se decían:


Hasta siempre…

Hasta le eternidad.


Y colorín colorado este cuento…

(Escrito por Carmen y Tony)



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