Dentro de las muchas leyendas que se cuentan de persona en persona y de generación en generación, aquellas que nacen en los pueblos más pequeños son las que más abundan, pero también las que más generan interés en el consciente colectivo. La leyenda que nos atañe en esta ocasión es contada en diferentes lugares entre ellos Talpa de Allende, en el estado de Jalisco.
Cuenta la historia que durante los años 30 una mujer muy devota, murió en Talpa de Allende sin poder cumplir una manda que consistía en ofrendar a la Virgen de su devoción, cualquier cantidad en monedas de níquel de 10 centavos, que era la moneda que se usaba en esos tiempos. Tanta era su necesidad por sentirse aliviada del cargo de conciencia, que ni aún muerta dejó de buscar cumplir con las ofrendas y es por eso que se aparece vestida de blanco, con la cara tapada con un velo que llega hasta el suelo, arrastrando una cadena de donde cuelga un crucifijo, con el que toca las puertas de las casas para pedir los “dieces".
Cuentan los que a lo lejos la han visto penar, que pobre de aquel que no le entregue algunas monedas o que intente verle el rostro, pues en ambos casos su muerte es segura. Así que ya lo saben, no está de más ser prevenidos y siempre tengan su monedita de 10 centavos a la mano cuando vayan a Talpa de Allende.
(De la web)
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