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TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

Foto del escritor: Carmen benavidesCarmen benavides

Tras varios fracasos en su carrera, en 1481 Leonardo Da Vinci no es aceptado por los Médici, y decide enviarle una carta a Ludovicio Sforza (Duque de Milán) que termina contratándolo como músico y organizador de eventos.

Cuando Leonardo llegó a Milán le encargaron organizar una boda, y este opto por realizar la tarta más grande del mundo. En ese momento, Sforza le dice que tiene que ser una tarta muy grande, ojo para 300 invitados.

Ante esa situación Leonardo responde con la afirmación de que la tarta va a ser tan grande que la boda se va a celebrar dentro de la tarta. Contrata a los mejores arquitectos, pasteleros, cocineros y artistas para diseñar la tarta. Se pone a trabajar sobre ella y la termina.

Al día siguiente, el día que se va a celebrar el enlace nupcial Leonardo llega el primero al palacio donde se iba celebrar el evento y se encuentra que ya tenido lugar. Y se pregunta, pero ¿cómo es posible, si la boda es esta tarde?

Pues resulta que las alimañas de la ciudad se habían comido su tarta (ratas, mosquitos…) Como reaccionó Leonardo para solventar el episodio, marchándose, tenía miedo, no tenía plan B, y lejos de hundirse, se puso a trabajar, investigar a curiosear, y convocó de nuevo a la ciudad de Milán, esa que se burlaba de él por no haber podido dar de comer a 300 personas.

Entonces, una vez tuvo delante a toda la sociedad italiana, respondió “¿cómo que no soy capaz de dar de comer a 300 personas, si soy capaz de dar de cenar al hijo de Dios?, y presentó una de sus obras maestras “La última Cena” …. su éxito fue tan grande que este episodio quedó en el olvido. Simplemente genial

(Fuente: Christian Gálvez)



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