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PEDRO ROMERO DE TERREROS, EL CONDE DE REGLA

Foto del escritor: Carmen benavidesCarmen benavides

Romero de Terreros era un individuo fogoso y extrovertido que tal vez debería ser considerado como el prototipo de los grandes nuevos ricos americanos: Originario de Cartagena, España trabajó inicialmente en la tienda de un tío suyo en Querétaro y en sus ratos libres operaba como prestamista. Facilito dinero a un minero de Real del Monte, quien luego de trece años de penosa labor logró poner en explotación dos vetas riquísimas, de las que Romero de Terreros pasó a ser copropietario de acuerdo con las condiciones fijadas para otorgar el préstamo. A la muerte del minero, el prestamista quedó como dueño absoluto de las vetas.

Tanto dinero ganó Romero de terreros en esta operación que, se asegura, mando poner herraduras de plata a los caballos de su cuadra y regalo a la virreina unas zapatillas cubiertas de diamantes y otras piedras preciosas. Cuando Carlos II ascendió al trono de España, Romero de terreros le hizo el presente de un acorazado con 112 cañones de grueso calibre valuado en dos y medio millones de pesos. En recompensa obtuvo el titulo de Conde de Regla.

Pensó que su nueva calidad de aristócrata lo autorizaba a trabar relaciones intimas con el monarca y así lo invito a que visitara la Nueva España. Por supuesto, la invitación fue rechazada, pues los reyes consideraban denigrante viajar a sus colonias. El conde se apresuro a aclarar que los reales pies no tendrían que posarse en el suelo del país: su devoto conde mandaría construir un par de rieles de plata que irían de Veracruz a Real de Monte, pasando por la ciudad de México, para que sobre ellos rodara la carroza real; habría además alfombras de plata en todos los puntos donde hiciera alto el vehículo, y las alcobas destinadas al monarca estarían tapizadas de plata. Aún así, el rey declinó la invitación.

Romero de Terreros fue también filántropo lleno de excentricidades. En su mansión tenía un Arcón con varias gavetas, algunas vacías y otras con distintas sumas de dinero. Cuando un mendigo o un fraile pobre llegaban a pedirle limosna, el conde les hacía abrir una gaveta para tomar su contenido; le divertía carcajearse cuando la gaveta resultaba vacía. Romero de terreros donó además 300,000 pesos para que fuera fundado un monte de piedad, a imitación del que funcionaba en España.

Este tipo de acciones incrementaron de manera significativa las ganancias del hombre, quien, según algunos estudiosos de su vida y pobladores de Huasca de Ocampo, llegó a convertirse en el hombre más rico del mundo a mitad del Siglo XVIII.

Era conocido como Pedro Romero de Terreros, Primer Conde de Regla, en honor a la Virgen de Regla, a la que el español era devoto, y quien tiene muchos fieles en España y Cuba.

“Leyenda de terror en torno a la familia de Romero de Terreros”.

Cuenta la leyenda que la hija del Conde de Regla pasaba las tardes caminando entre las áreas verdes del inmueble, y fue en ese sitio en el que conoció a un capataz.

La relación entre la hija de Romero de Terreros se desarrolló a fuego lento; primero fueron sonrisas, luego apenas unas palabras... el resultado fue un romance.

Una noche, Pedro Romero de Terreros llegó a su casa, y a lo lejos alcanzó a ver a una joven que se cubría el rostro con un velo caminando en los patios de la Hacienda.

Romero de Terreros siguió a la mujer, cauteloso, y logró ver a esta besándose con el capataz... cuando el fundador de Huasca de Ocampo se percató que era su hija la que se besaba con uno de los empleados, ardió en cólera.

Pedro Romero de Terreros ordenó capturar al capataz, y reunió a empleados, mineros, y esclavos, en uno de los patios.

Frente a todos sus súbditos, y como una advertencia, Romero de Terreros asesinó al capataz.

Luego fue por su hija, la asesinó, destazó su cadáver, y lo tiró en una chimenea, a la cual el público puede acceder cuando se realizan recorridos.

Cuentan que, por las noches, la hija de Romero de Terreros recorre la hacienda y los alrededores, y llora y se lamenta por las terribles acciones de su padre .Al fantasma de la muchacha lo acompañan el de varios esclavos y mineros, quienes, al tener contacto constante con minerales, y respirar el humo de la plata al ser fundida, desarrollaron cáncer, para luego ser abandonados a su suerte, esperando por su muerte.

(La nueva España 1. Extra-contenido. 1997)



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