Imperio Romano. 154 D.C. Gran inconformidad entre la ciudadanía ha levantado el proyecto del Emperador Marco Aurelio de resolver el congestionamiento en el trafico de Aurigas que circulan la vía Apia mediante un absurdo proyecto que implicaría la construcción de un segundo piso a la tradicional carretera que une esta metrópoli con el bullangero puerto de Ostia, donde va a pasar sus vacaciones la mayor parte de la gente decente y de apellido de la gran ciudad.
La mayor objeción que ofrecen los que se oponen al citado proyecto es la de que resulta imposible subir a los caballos y a los aurigas al segundo nivel. La sociedad de amigos de los caballos del imperio señalo que ninguna de estas nobles bestias podrá resistir ser izada hasta el segundo piso mediante un sistema de grúas, poleas y malacates con cuerdas que se intenta utilizar para ese fin.
Según el anteproyecto, los caballos llegarían a la grúa de los inconformes y se les colocaría una amplia banda de cuero en el vientre, la cual estaría amarrada a la cuerda pendiente de la grúa.
El caballo sería elevado mediante un mecanismo jalado por esclavos y una vez alcanzado el segundo nivel sería depositado en la cinta asfáltica. Las carrozas serían desarmadas y subidas en porciones para ser ensambladas en el segundo nivel. Las personas subirán mediante una escala de pértigas. Una vez armada el auriga se le uncirían los caballos y la persona podría iniciar su viaje hasta llegar a Ostia en donde el mismo proceso a la inversa le permitiría bajar al nivel del suelo y dirigirse a su destino.
Los críticos señalan que este segundo piso se convertiría en una amenaza para los que viajan en el primero ya que estos últimos correrán grave peligro que les caigan encima los conductores o los corceles del primero, sin contar que todas las excepciones de los caballos del piso superior también llegarían, tarde o temprano, a descansar en las cabezas de los que transitaban a nivel del suelo.
Ante las insistentes protestas de los inconformes, el Emperador Marco Aurelio pondrá a consulta popular lo del segundo piso en la Vía Apia, así como otras propuestas que tenía en mente, como era el de agregar otro piso en el Coliseo Romano con el fin de que más personas pudieran disfrutar de la diversión en este centro que se convertiría en un verdadero multiplex de la diversión para personas adultas en esta metrópolis.
Mario Méndez Acosta. La historia según boletines (2002)
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