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MISTERIOSO LABERINTO O CONTADERO

Foto del escritor: Carmen benavidesCarmen benavides

Dicen algunos lugareños que, por allá, a mediados del siglo pasado, existió una gavilla de bandidos que asolaba la región de Tulancingo, Pachuca, Real del Monte y los caminos para México y Querétaro.

Naturalmente, sus ganancias eran muy grandes, por lo que inicialmente tenían su guarida en el cerro de Los Pitos, que se encuentra a un lado de la población de Tlaquilpa y Téllez, que se localiza entre la Ciudad de México y Pachuca.

El Ejército los acosaba, por lo que tuvieron que buscar un lugar más seguro y así llegaron hasta ese precioso lugar, que por sus formaciones rocosas lo llaman el laberinto o el contadero, por las leyendas que de ese lugar se cuentan.

El cabecilla de los bandidos tenia una mujer que practicaba las artes negras, era una bruja, y cuando llegaron a ese lugar encontraron una cueva muy grande, donde los que la han visto dicen que caben en su interior más de cien caballos y para que no encontraran la entrada de la cueva otras personas, la bruja hizo un maleficio donde sólo se abría con unas palabras especiales y así siguieron asaltando hasta que un día, el jefe de la banda se enamoró de una jovencita que vivía allá, por el barrio de La Gotera, en Real del Monte, y se la llevo a su guarida, lo cual disgustó a la bruja y trató de envenenar al bandido, quien se dio cuenta y la mató.

Ella, antes de morir, le dijo que él y su gente jamás disfrutarían de todos los tesoros que se encuentran en la cueva, menos que lograran sacar todo, o no se llevaran nada, pero como la avaricia de los bandidos era mucha, trataron de llenar las alforjas de sus caballos y costales con dinero y joyas, y aunque sobrecargaron a sus caballos, dejaban muchos tesoros, por lo que no encontraron la salida del laberinto y ahí murieron, dentro de la cueva.

La única que salió con vida fue la jovencita, y eso porque no tomo ni una moneda y por ella se supo parte de la leyenda.

Una de las leyendas que cuentan los viejos lugareños, dice que algunos arrieros que trataron de encontrar la cueva del tesoro, jamás volvieron porque al encontrarla la avaricia hizo presa de ellos y llenaron sus bolsillos y según la leyenda, indica que solo sacando todo el tesoro es entregado, o de lo contrario no encuentran la salida y se quedan encerrados para siempre.

Otra de las leyendas dice que cuando algún caminante solitario anda por esos lugares, se le aparece de momento un hombre vestido de charro con su traje negro y botonaduras de plata y le ofrece el tesoro a cambio de que encuentre las 66 argollas que se encuentran incrustadas en la roca cerca de la entrada de la cueva y que servían para amarrar los bandidos a sus caballos, pero debe ser antes de las seis de la tarde y si las encuentra debe de entrar de inmediato a la cueva y sacar un Cristo de Oro, de más de un metro de altura y debe ser antes que los últimos rayos del sol se oculten en el horizonte. Si triunfa, le será entregado todo el tesoro y ahí acabará la leyenda del Contadero.

Ahora bien, si no encuentra las sesenta y seis argollas, caerá en un sueño profundo y cuando despierte se encontrará tirado en uno de los pasillos del laberinto y jamás volverá a ver la cueva ni las argollas; más si lograse encontrar las sesenta y seis argollas y penetrara a la cueva, pero no lograra sacar el Cristo antes de los últimos rayos del sol, quedaría encerrado dentro de la cueva.

Esta leyenda es una de las más creíbles en esta región, ya que por alguna razón llamándose este paraje el Laberinto, le nombraron también el Contadero, ¿será por las leyendas que de él se cuentan?

Las tradiciones en Real del Monte. Publicado en el periódico el Sol de Hidalgo el 16 de enero de 1994. Por David Guerrero R.



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